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¿De vuelta a fojas cero?

By 03/10/2022No Comments

Desde el año 2017, en Datavoz hemos estado monitoreando la percepción de vulnerabilidad en la población mediante dos indicadores [las preguntas específicas aparecen al final de este texto]. Uno mide la percepción de vulnerabilidad del propio núcleo familiar (vulnerabilidad propia) y el otro la percepción que las personas tienen de la vulnerabilidad de una familia promedio del país (vulnerabilidad promedio). Sistemáticamente el primero muestra un valor menor que el segundo. Es decir, las personas suelen considerar que ellos y su núcleo familiar están en mejores condiciones que una familia promedio del país, pero las brechas entre ambos indicadores varían en el tiempo y entre grupo de personas. Por este motivo, esos indicadores nos han servido como verdaderos termómetros de la intensidad del stress social en Chile en general y por subgrupos sociales. Por ejemplo, el indicador de vulnerabilidad promedio comenzó a subir rápidamente en los meses previos al estallido social luego de dos años de estabilidad (véase por ejemplo aquí) y el de vulnerabilidad propia lo hizo sustantivamente en los primeros meses de la pandemia.

En esta entrega del GPS Ciudadano quisimos compartir la evolución reciente del indicador. Lo que encontramos es que la sensación de vulnerabilidad ha disminuido a valores levemente inferiores a los existentes antes del estallido social y superiores a los registrados hace un año. Por otro lado, la brecha entre la percepción de vulnerabilidad propia y la vulnerabilidad promedio se ha acortado. Ad portas de un escenario económico recesivo, esta evolución es preocupante.

En los siguientes gráficos resumimos la información relevante.

En el gráfico 1 se puede ver la evolución de ambos indicadores en los últimos seis años. Como se observa, el índice de vulnerabilidad propia se mantenía estable antes del estallido social del 2019 e inicio de la pandemia, pero aumenta considerablemente en el período en que aún no había vacunas y permanecían las cuarentenas en amplias zonas del país durante el 2020. Para marzo del 2021, los entrevistados percibían una vulnerabilidad mucho menor. Interpretamos que el acceso a diversos fondos (retiros, IFEs) y a esquemas de vacunación debieron tener un rol en este mejoramiento de la percepción en las personas. Pero constatamos que esa percepción ha empezado a cambiar hacia percepciones de mayor vulnerabilidad. Por otro lado, la percepción de vulnerabilidad en una familia promedio venía aumentando antes del estallido y ha declinado sostenidamente desde entonces. Como consecuencia de lo anterior, la brecha de percepción entre la vulnerabilidad propia y la promedio se ha ido acortando.

Gráfico 1

Índice de Vulnerabilidad

Cuando analizamos las percepciones de vulnerabilidad propia por género, se puede constatar diferencias relevantes. No había diferencias en la percepción de vulnerabilidad propia de hombres y mujeres el 2017 y no las hay en la actualidad, pero en los cuatro años intermedios la realidad fue diferente. Entre el 2018 y el 2021, las mujeres crecientemente subían el promedio del indicador y los hombres la bajaban. Ello queda reflejado en el gráfico 2.

Gráfico 2

Índice de Vulnerabilidad Propia – Diferencias y similitudes entre géneros

Por último, quisimos representar gráficamente la distribución de los indicadores en cada período (no sólo el valor promedio). Los resultados sugieren que ha disminuido considerablemente la sensación de vulnerabilidad respecto del 2019 tanto a nivel personal como general (gráfico 3). No obstante, la percepción de vulneración propia es ligeramente superior a agosto del 2022 respecto de marzo del 2021 (gráfico 4).

Gráfico 3

Distribución de la vulnerabilidad propia y la vulnerabilidad promedio

En suma, en agosto pasado, en momentos que el proceso constituyente estaba ad portas de terminar, los indicadores de vulnerabilidad propia y promedio parecían mostrar una situación similar a la que se observaba antes del estallido social. Es decir, volvimos a fojas cero. Considerando que las perspectivas económicas para los próximos meses no son optimistas, seguiremos atentos a la evolución de este indicador en el futuro inmediato.


Las preguntas utilizadas para medir vulnerabilidad fueron las siguientes:

Vulnerabilidad Propia: En una escala de 0 a 100 donde 0 significa “nada vulnerable” y 100 significa “completamente vulnerable” ¿Dónde ubicaría a SU FAMILIA en dicha escala?

Vulnerabilidad Promedio: En una escala de 0 a 100 donde 0 significa “nada vulnerable” y 100 significa “completamente vulnerable” ¿Dónde ubicaría a una TÍPICA FAMILIA CHILENA en dicha escala?


FICHAS TÉCNICAS

  • Diseño de investigación: Estudio cuantitativo, Encuesta online vía correo electrónico
  • Universo: Personas mayores de 18 años usuarios de correo electrónico que habitan en el territorio nacional
  • Marco muestral: Base de datos de correos electrónicos de personas que habitan en el territorio chileno (~ 1.000.000)
  • Método de muestreo: Muestreo aleatorio simple sobre marco muestral disponible.
  • 2017: N=1100 casos, septiembre
  • 2018: N = 1215 casos, agosto
  • 2019: N = 825 casos, septiembre
  • 2020: N = 799 casos, septiembre
  • 2021: N = 1749 casos, marzo
  • 2022: N = 1924 casos, septiembre

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