Durante el último año se han producido varias marchas masivas contra las AFP. Entre las ideas fuerzas de las marchas destacaban críticas al sistema de capitalización individual, a las rentabilidades del sistema y a la ausencia de un esquema solidario en torno a las pensiones. Fue así como la idea de terminar con el sistema de AFP fue puesto en el debate público. En línea con esa crítica diversas encuestas mostraban el rechazo de la opinión pública a las AFP. Por ejemplo, una encuesta de CADEM de finales de Julio del 2016 indicaba que el 87% estaba de acuerdo que debía reformarse el sistema de AFP y la encuesta CEP de Mayo-Julio del 2017 ubicaba al tope de las empresas que abusan a las AFP con un 80%.
En este contexto desfavorable para las AFPs, la autoridad anunció un paquete de medidas que incluían aumentar en un 5% la cotización previsional. Rápidamente se generó un debate sobre cómo se invertiría y a qué se destinaría ese 5% adicional. En ese contexto, algunas encuestas mostraron un resultado potencialmente contradictorio con la crítica al sistema. Al parecer, las personas preferían que el 5% extra se fuera a su cuenta de ahorro individual.
¿Cómo se explica que las personas marchen masivamente para acabar con las AFPs pero al mismo tiempo quieran que la cotización extra vaya a sus cuentas individuales?
Una hipótesis de esta aparente contradicción es que las personas podrían estar evaluando a las AFP desde distintas aproximaciones personales motivadas por distintas preferencias sobre el grado de solidaridad que debe tener un sistema previsional. Por ejemplo, algunos pueden tener una visión crítica del sistema de AFP como tal y aspiran a que se instaure un nuevo sistema con una lógica diferente que se base en fundamentos más solidarios y de seguridad social, pero otros pueden estar descontentos no con el sistema en sí, sino con sus retornos actuales o sus retornos esperados y, por ende, su motivación a la crítica no es en base a principios sino a consecuencias. Es decir, un posible eje latente que permite distinguir las opiniones respecto del sistema de AFP es cuán colectivista o cuán individualista es la mirada de las personas.
¿Cómo podemos distinguir cuánto hay de cada una de estas alternativas? Una técnica útil para hacer esta exploración son las viñetas de anclaje. El supuesto es simple: Las personas con distintos contextos sociales o culturales pueden tener distintos estándares a la hora de evaluar situaciones y emitir opiniones. Por ende, al responder preguntas de percepción, esos estándares pueden incidir en sus respuestas dificultando la comparación entre individuos. Las viñetas de anclaje son set de preguntas que se incluyen en encuestas que proveen explícitamente contextos. Entonces, las personas entregan sus visiones respecto de esos contextos y, posteriormente, respecto de su propia realidad. Luego se usan esas preguntas comunes para inferir los sesgos de referencia.
La técnica de viñetas de anclaje la estamos utilizando en un estudio encargado por la Agencia de la Calidad de la Educación para indagar en los sesgos de referencia en autoestima académica, motivación escolar y clima de convivencia entre distintos establecimientos educacionales. Ese estudio ya está en su etapa de terreno y termina a finales del 2017. Así que aprovechando esa instancia, decidimos hacer un ejercicio con viñetas durante mayo pasado. Construimos un cuestionario con temas contingentes como parte de nuestro proyecto GPS Ciudadano y se lo enviamos vía web a una muestra aleatoria de nuestra base de contactosde personas distribuidas en todo Chile. El ejercicio fue el siguiente.
Preguntamos a las personas si consideraba que era “Muy necesario”, “Algo necesario”, “Poco necesario” o “No es necesario” cambiar el sistema de AFP. La encuesta la respondieron vía web 1.677 personas mayores de 18 años distribuidos a lo largo del país. La recolección de datos se realizó durante abril del 2017.
La pregunta específica fue la siguiente:
• En el último tiempo ha habido un debate nacional en torno a las pensiones. A su juicio cuán necesario es cambiar el actual sistema de pensiones basado en el ahorro individual (es decir, cada persona ahorra para su propia jubilación) por otro basado en el ahorro colectivo (es decir, todos los que trabajan ahorran para financiar las pensiones de los que jubilan)?
Y las respuestas que obtuvimos estuvieron en magnitudes similares a otras encuestas sobre la materia: Un 82% de los encuestados consideraron necesario o muy necesario cambiar el sistema de pensiones. Como se muestra en el siguiente gráfico.
No obstante, esta cifra oculta las diferencias desde las cuales las personas pueden estar expresando esa opinión. Para controlar por estos sesgos de referencia, utilizamos las siguientes viñetas donde la primera se trata de una persona con una visión individualista, la última de una persona con una visión colectivista y la del medio de una persona con un poco de ambas:
• Pedro es una persona que considera que cada uno es responsable de su propio futuro y no se le puede pedir a nadie que se haga responsable de la vida de otros. Si a Pedro se le preguntara cuán necesario es cambiar el sistema de pensiones actual basado en el ahorro individual por otro basado en el ahorro colectivo, ¿qué cree que respondería Pedro? Que es…
• Juan es una persona que considera que cada uno es responsable de su propio futuro, pero que a los no pueden ahorrar mucho se les debe ayudar. Si a Juan se le preguntara cuán necesario es cambiar el sistema de pensiones actual basado en el ahorro individual por otro basado en el ahorro colectivo, ¿qué cree que respondería Juan? Que es…
• Diego es una persona que considera que, en cierta medida, todos somos responsables de las otras personas. Si a Diego se le preguntara cuán necesario es cambiar el sistema de pensiones actual basado en el ahorro individual por otro basado en el ahorro colectivo, ¿qué cree que respondería Diego? Que es…
Con las respuestas a estos items reescalamos las respuestas a las preguntas originales y obtuvimos el siguiente resultado. Un 44% considera que es poco o algo necesario cambiar el sistema de AFPs. Y la proporción que cree que es muy necesario o está entre algo y muy necesario representan poco más del 23%
Es decir, las viñetas de anclaje parecen ser útiles para resolver el puzzle. La postura que desea cambiar el sistema de raíz representa en torno a un 23% de la población. Pero la mayoría parece tener una mirada mucho más pragmática y menos principalista: lo que desean es simplemente un sistema que le de buenas pensiones.
Si desea conocer más detalles de la encuesta realizada y de la técnica de viñetas de anclaje no dude en comunicarse con nosotros.