En Chile, la desigualdad no es solo un problema estructural, sino también una cuestión profundamente percibida y diferenciada por la experiencia personal y colectiva de cada grupo social. Por ello, en esta versión del GPS quisimos ahondar en las molestias que la población siente frente a la desigualdad. Para ello, ahondamos en cuatro dimensiones de la desigualdad: de ingresos, de poder, de acceso a servicios y de oportunidades.
Le pedimos a una muestra de personas que evaluaran en una escala de 1 (No me molesta para nada) a 10 (Me molesta mucho) cuánto le molesta cada una de las desigualdades anteriores. Si agrupamos las evaluaciones en tres categorías de baja, moderada y alta molestia, se puede observar (ver gráfico 1) que el 63.4% de la población siente una alta molestia por la desigualdad de oportunidades existente en Chile y un 61.8% por la desigualdad de acceso a servicios.
Fuente : Elaboración propia
Por otra parte, si se analizan los resultados considerando solo el valor promedio de la escala (ver Tabla 1), observamos que las mayores molestias se expresan en desigualdades relacionadas en acceso a servicios esenciales como salud y educación (7.4 promedio), seguidas por la desigualdad de oportunidades (7.2 promedio). En contraste, las desigualdades de poder (6.6 promedio) e ingresos (5.3 promedio), aunque relevantes, generan menos incomodidad.
Tabla 1 – Molestia percibida frente a distintas formas de desigualdad
Fuente : Elaboración propia
Asimismo, al revisar las variaciones de la percepción de molestia por variables sociodemográficas aparecen algunos patrones interesantes. Primero, son las mujeres las que perciben mayores niveles de molestia en todas las dimensiones. La desigualdad de acceso a servicios, por ejemplo, alcanza un promedio de molestia de 7.84 entre ellas, frente a 7.01 en los hombres. Las mujeres parecen ser más sensibles por los temas estructurales, como las oportunidades y el acceso, reflejando probablemente una experiencia acumulada de exclusión o desigualdad de género persistente.
Por otro lado, la edad juega un papel relevante. Las personas de mediana edad (35-44 años) reportan los niveles más altos de molestia en acceso a servicios (7.2) y oportunidades (6.9). Mientras tanto, los mayores de 65 años muestran niveles más bajos de molestia frente a la desigualdad en los ingresos (4.8), pero igualmente altos en el acceso a servicios esenciales (7.2), reflejando preocupaciones específicas relacionadas con sus necesidades vitales.
La posición socioeconómica de la persona también incide. Las personas del GSE bajo (D+E) reportan consistentemente los mayores niveles de molestia, particularmente en lo relativo a ingresos (6.59) y acceso a servicios (7.63). Ello es esperable debido a que son el grupo social para quienes las desigualdades son una barrera más tangible y cotidiana. En contraste, el GSE alto (AB+C1a+C1b) reporta menores niveles de molestia, especialmente en ingresos, con un promedio de 4.76. También era esperable que la molestia por desigualdad de poder aumentara al moverse desde GSE alto, al GSE medio y al GSE bajo. Pero si llama la atención que en todos los grupos socioeconómicos exista una evaluación similar (y elevada) de molestia en relación con las desigualdades de oportunidades y acceso a servicios.
Quizás lo más llamativo sea cómo las percepciones se polarizan según la postura frente al gobierno. Los partidarios del gobierno muestran los mayores niveles de molestia en todas las categorías, especialmente en acceso a servicios (8.54) y oportunidades (8.18). Los opositores, en cambio, reportan molestia significativamente menor, con un promedio de 3.80 en ingresos y 5.75 en acceso a servicios. Esta diferencia pone de manifiesto el alto contenido ideológico expresado en las diferencias de percepción de la desigualdad.
En suma, la desigualdad no afecta a todos por igual y la percepción de molestia en torno a ella varía de dimensión en dimensión. Sus impactos se perciben de manera distinta según género, edad, posición socioeconómica y afinidad política. Si queremos avanzar hacia una sociedad más equitativa, debemos atender no solo a las desigualdades objetivas, sino también a las subjetivas, aquellas que pesan en la mente y el corazón de las personas. Porque, en última instancia, son estas percepciones las que moldean las demandas sociales, el debate público y la dirección que toman las decisiones de política pública.
FICHA TÉCNICA
- Diseño de investigación: Estudio cuantitativo no probabilístico. Encuesta online vía correo electrónico
- Universo: Personas mayores de 18 años usuarios de correo electrónico, que pertenecen al panel GPS CIUDADANO
- Marco muestral: Base de datos de correos electrónicos de personas que habitan en el territorio chileno.
- Muestra: 1.017 entrevistas web.
- Ponderación: Ajuste post-encuesta considerando Región, Sexo, Edad y Nivel educacional. Los parámetros poblacionales de Región, Sexo y Edad fueron obtenidos las proyecciones de población para el 2024 realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Los parámetros de nivel educacional provienen de la base de datos de encuesta CASEN 2022, utilizando el factor de expansión regional.
- Tasas de contacto: 11.1% (corresponde a la proporción de correos abiertos respecto de los enviados)
- Tasa de respuesta: 4.5% (corresponde a la proporción de encuestas respondidas sobre el total de correos abiertos)
- Método de muestreo: Muestreo aleatorio simple sobre marco muestral disponible.
- Periodo de terreno: 12 al 25 de Octubre de 2024.