En las últimas semanas hemos sido testigos de una serie de eventos políticos (y otros no políticos, pero con alto impacto en las esferas del poder) que han capturado la agenda pública. Esto ha contribuido a crear un clima de incertidumbre sobre las elecciones de este fin de semana, las cuales, a pesar de su importancia han quedado en un segundo plano.
Estas elecciones son particularmente importantes, ya que será la primera vez en 12 años que las autoridades locales serán electas bajo un sistema de voto obligatorio. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo afectará el actual clima político la participación ciudadana? ¿Podría el caso Monsalve motivar a una mayor movilización o, por el contrario, aumentar la apatía y la desconfianza en el sistema? Esas son respuestas que solo sabremos a partir de la noche del domingo 27 de octubre.
Nuestro último GPS Ciudadano, si bien no fue diseñado para medir directamente el impacto de los eventos recientes, sí ofrece una perspectiva interesante sobre cómo la población percibe la obligatoriedad del voto. Para los encuestados, no votar en una elección obligatoria es percibido como la falta cívica más grave, superando incluso infracciones como botar basura en parques nacionales o no pagar el transporte público.
Parece haber una conciencia colectiva de que votar no es solo un trámite, sino una responsabilidad cívica fundamental. Ahora queda por ver si esta percepción se reflejará en una mayor participación este fin de semana, en medio de un escenario político tan desafiante.
Los resultados
Por un lado, la inscripción automática maximiza el conjunto de potenciales votantes. Por otro lado, de todas las elecciones regulares de autoridades que se hacen en Chile por voto popular, las de autoridades locales son las que menos convocatoria llevan a las urnas. Es decir, a la hora de estimar la participación electoral se darán dos fuerzas contradictorias. La inscripción automática con voto obligatorio induce mayor participación, pero el hecho que sea una elección de autoridades locales incentiva lo contrario.
Cabe preguntarse ¿podría la obligatoriedad realmente motivar un aumento significativo de la votación en esta elección específica? ¿nos sorprenderemos el domingo en la noche con una participación electoral mayor a lo anticipado por los expertos?
En esta edición del GPS Ciudadano quisimos indagar en las percepciones ciudadanas sobre el hecho de votar en una elección obligatoria. Pero quisimos hacerlo desde una perspectiva innovadora. Consideramos un conjunto de faltas que pueden darse en la población, tales como, evadir el pago del transporte público o botar basura en parques nacionales, y le preguntamos a un conjunto de personas cuál de ellas consideraba más grave.
En el listado completo (ver tabla 1) incluimos ocho faltas, entre ellas, no votar cuando el voto es obligatorio. Las personas encuestadas debían ordenarlas desde la falta que consideraban más grave a la menos grave. Con esa información, obtuvimos el promedio de las posiciones dadas a cada una de las faltas y las ordenamos, en promedio, desde la más gravosa a la menos gravosa. El resultado se resume en la tabla 1.
Tabla 1: Ranking de percepción de la gravedad de una falta
Los resultados son reveladores. De las ocho faltas evaluadas, la más grave, con una puntuación base de 100, fue no votar en una elección obligatoria. Le siguieron botar basura en parques nacionales (98) y no pagar el transporte público (95).
Para profundizar en estos resultados, exploramos las variaciones de opinión entre personas con distintas posturas sobre si votar es un derecho o un deber y encontramos mínimas diferencias como puede verse en la figura 1. Si bien, el orden en el ranking difiere entre ambos grupos, el top 3 de ambos grupos coincide, aunque en distinto orden. Específicamente, para las personas que piensan que votar es un derecho, botar basura en parques nacionales es la falta más grave, seguida de no votar en elecciones obligatoria y no pagar el transporte público. En el caso de las personas que ven el voto como un deber, las dos primeras revierten su orden siendo lo más grave el no votar. Por otro lado, es interesante constatar que en ambos grupos se considera lo menos grave el hecho de no pedir boleta en el comercio.
Figura 1 – Ranking de gravedad de las faltas
En el diseño de la encuesta, incluimos además un desafío para las personas encuestadas consistente en elegir entre pares de faltas aquella que le parecía más grave (o bien) si las consideraban igualmente graves (ver figura 2). El resultado muestra discrepancias interesantes. Por ejemplo, conminados a evaluar qué es más grave, el no pagar el transporte público o no pagar el permiso de circulación, el 47% considera definitivamente más grave lo primero y el 31,7% el segundo. Y entre botar basura en un parque público y circular sin permiso de circulación, el 60,4% considera más grave la primera falta y sólo el 18,2% indicó que es más grave la segunda.
Figura 2 – Gravedad relativa de las faltas al compararlas con otras faltas
Al hecho de no votar cuando es obligatorio el experimento lo emparejó con no pedir boleta al comprar en el comercio. Y los encuestados, en un 56,9% consideraron más grave no votar, versus un 15,3% que consideró más grave no pedir boleta.
Al cruzar estos resultados por variables relevantes como interés en la política (Fig 3a), preferencia sobre tipo de votación (Fig 3b) y posicionamiento ideológico (Fig 3c), no se observan diferencias cualitativamente relevantes. Es decir, cambia el orden de magnitud, pero no la relevancia relativa en considerar más grave el no votar cuando el voto es obligatorio, vis a vis, no pedir boleta en el comercio. Como es de esperar, son las personas que consideran que el voto debería ser voluntario las que menos grave consideran que es no votar. Pero aún en ese caso, la consideran más grave que no pedir boleta en el comercio (ver figura 3b). Por otro lado, un dato interesante es que son las personas que se autoclasifican como de centro (ver figura 3c) las que, en términos relativos, ven como algo relativamente menos grave el hecho de no votar cuando es obligatorio hacerlo, pero de todos modos, mayoritariamente lo consideran más grave que no pedir boleta en el comercio.
Figura 3a – Gravedad relativa de no votar cuando el voto es obligatorio versus no pedir boleta en el comercio, según interés en la política
Figura 3b – Gravedad relativa de no votar cuando el voto es obligatorio versus no pedir boleta en el comercio, según preferencia de tipo de votación (%)
Figura 3c – Gravedad relativa de no votar cuando el voto es obligatorio versus no pedir boleta en el comercio, según preferencia ideológica
En suma, el patrón se repite en los diferentes cruces de variables. Esta coincidencia en torno a la importancia del voto es un reflejo del peso simbólico que la ciudadanía asigna al acto electoral cuando es obligatorio hacerlo. Más allá de las sanciones, parece haber una percepción compartida de que votar no es solo un trámite, sino una responsabilidad cívica esencial. Este hallazgo sugiere que la obligatoriedad del voto podría estar más alineada con las expectativas sociales de lo que a veces se cree, revelando un compromiso subyacente con la participación en la vida democrática del país. Si es así o no, lo dilucidaremos dentro de muy poco.
Ficha técnica
- Diseño de investigación: Estudio cuantitativo no probabilístico. Encuesta online vía correo electrónico
- Universo: Personas mayores de 18 años usuarios de correo electrónico, que pertenecen al panel GPS CIUDADANO
- Marco muestral: Base de datos de correos electrónicos de personas que habitan en el territorio chileno.
- Muestra: 1.208 entrevistas web.
- Ponderación: Ajuste post-encuesta considerando Región, Sexo, Edad y Nivel educacional. Los parámetros poblacionales de Región, Sexo y Edad fueron obtenidos las proyecciones de población para el 2024 realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Los parámetros de nivel educacional provienen de la base de datos de encuesta CASEN 2022, utilizando el factor de expansión regional.
- Tasas de contacto: 7.9% (corresponde a la proporción de correos abiertos respecto de los enviados)
- Tasa de respuesta: 11.3% (corresponde a la proporción de encuestas respondidas sobre el total de correos abiertos)
- Método de muestreo: Muestreo aleatorio simple sobre marco muestral disponible.
- Periodo de terreno: 19 al 26 de Agosto de 2024.